Si hace algunos años me hubieran dicho que me dedicaría a las ventas en el futuro, ¡simplemente hubiera hecho una mueca de desaprobación acompañada de un ademán con las manos diciendo que no!, consideraba que un vendedor era aquel que tocaba a tu puerta cargando enciclopedias, o quién te perseguía en una tienda departamental para que compraras esa prenda cara, en el último de los casos, quien intentaba a toda costa que adquirieras una membresía en algún club de playa mientras vacacionabas.
Pero ¡error! Nada más falso, con los años he aprendido que absolutamente todos, no importa a que te dediques, somos vendedores, ya sea tangible o no, ya sea promoverte a ti misma en una entrevista de trabajo o cuando quieres deshacerte de tu coche para comprarte otro. Cuando yo transformé ese concepto, mi percepción sobre las ventas cambió como la noche al día, pues sin duda vender es un arte, con muchos matices y misterios.
No te pasa a veces que entras a un centro comercial y una tienda “te llama”, que es como un imán que te atrapa y no puedes salir de ahí hasta que lleves algo en las manos. Y ni siquiera tuvo que dirigirte la palabra alguien, tú solita entraste y te convenciste de que ese día comprarías algo, lo que fuera, un llavero, un popote ¡no importa!
Cuando digo que vender está lleno de misterios es porque a pesar de haber reglas, estrategias, ciclos de venta, palabras clave, incluso colores sugestivos, muchos productos o servicios que son extraordinarios se quedan en el escritorio y algunos otros tienen la magia de alcanzar el éxito con una chispa de genialidad.
En la actualidad, la pandemia ocasionada por el bicho maldito, ha hecho que el vendedor que todos traemos dentro salga a flote, en la mayoría de las personas por la necesidad de buscar el sustento, por la desesperación de ver pasar los meses y darse cuenta de que esto no tiene un tiempo determinado para su fin.
Miles de trabajos formales dejaron de existir, muchas, muchísimas amas de casa que dedicaban su vida a sus hijos, la casa y la pareja tuvieron que tomar la decisión de ver como llevar comida a la mesa y si, las ventas son el camino que todos tomamos sin pensar, porque es parte de nosotros, ofrecerle algo que nosotros tenemos a alguien más.
Otro mundo se abrió ante nuestros ojos cuando las redes sociales se convirtieron en el mejor escaparate para vender, donde puedes encontrar casi cualquier cosa (legal), obliga a todos a quebrarse la cabeza para entender las reglas de Facebook, Instagram, WhatsApp, y hasta Tik Tok, ¡llueven los “tiktokeros” ahora!
Pero el misterio más grande es como llegar a tu cliente ideal, al que está necesita lo que vendes al precio que lo ofreces, ¡Al que te dará el si! Ya de por sí, el arte de vender es complejo, aparece un mundo de algoritmos, revisiones para aprobar tus publicaciones, grupos de venta, las etiquetas, la segmentación, debes convertirte en diseñador - mercadólogo si quieres que lo que vendes luzca decente.
Así que, vender no es sólo una transacción comercial, es un momento de verdad, un golpe exacto en el cerebro de la otra persona que detona el cierre de un ciclo a veces larguísimo y otras veces milagrosamente corto.
- SI, me interesa, ¡lo quiero!
Comunidad de Querida Comadre.
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